jueves, 15 de septiembre de 2011

Un viaje por los canales de Amsterdam




Se acabaron las vacaciones para muchos, pero otros todavía tienen la suerte de contar con algunos días libres para esta época del año y, a todos estos privilegiados, queremos proponeros un viaje único a la capital de Holanda.
Al hablar de Amsterdam, inevitablemente, nos vienen a la cabeza las drogas, los porros, las setas alucinógenas y demás, pero detrás de toda esa “fama” encontramos una ciudad llena de belleza donde distrutar de estampas inigualables gracias a sus canales, sus puentes y sus curiosas e inclinadas construcciones. Si bien es verdad que, quien quiera, podrá disfrutar de otro tipo de “viaje” en los famosos “Coffeeshops” y “Smartshops”, Amsterdam es eso y mucho más.
En primer lugar, para aprovechar al máximo todos los museos y atracciones que ofrece, es muy recomendable adquirir la tarjeta “I amsterdam City Card” de 24, 48 ó 72 horas que, además de proporcionarte la entrada gratuita a la inmensa mayoría de los museos, te permite moverte a tu antojo en todo el transporte público e incluye una serie de ofertas y descuentos.

Museos y más museos

Los museos de Amsterdam son más de cincuenta y constituyen una parte esencial de la visita a la ciudad, pudiéndose admirar en ellos obras de importantes artistas como Rembrandt o Van Gogh. Así, resulta imprescindible visitar la casa-museo de Ana Frank, la casa-museo de Rembrandt, el museo Van Loon, el Rijksmuseum, el museo Van Gogh, el Houseboatmuseum o el museo de los diamantes, entre otros muchos. De hecho, estos dos últimos resultan especialmente curiosos, ya que, el primero, muestra la vida en una casa flotante y el segundo, al que se puede acceder desde “Coster Diamonds” (visita muy recomendable), muestra la fascinante historia de cómo surgió el vínculo entre Amsterdam y los diamantes, convirtiéndose en la mayor ciudad de diamantes del mundo y contando en su exposición con el diamante más pequeño del mundo.
Entre sus iglesias también hay varias que destacan especialmente y son Nieuwe Kerk, situada en la famosa Plaza de Dam, donde también se encuentran el Monumento Nacional y el Palacio Real; Oude Kerk, en pleno barrio rojo; Westerkerk, junto a la casa de Ana Frank y cuyas vistas desde lo alto de la torre resultan espectaculares y la iglesia de San Nicolás, a unos metros de la Estación Central.

Recorrido por los canales

Apreciar Amsterdam desde el agua es algo fundamental en este viaje. Su gran sistema fluvial hace que algunos la conozcan como la Venecia del Norte y al recorrer sus inmensos canales te das cuenta de lo diferente que es el lugar donde te encuentras, con sus características casas flotantes y sus calles atestadas de bicicletas.
Los precios de los paseos en barco más baratos empiezan en 10 euros, aunque con la “I amsterdam City Card”, podrás elegir un crucero gratuito de 1 hora entre dos de las compañías que te ofrecen. No obstante, si quieres vivir la esencia de los canales en profundidad, no dejes de alquilar unos pedales o una barca de motor eléctrico para recorrerlos a tu gusto.
Y después de los canales, las bicicletas y los diamantes, si hay una cosa que caracteriza Amsterdam son los tulipanes y su conocido “Mercado de las flores”, formado por una serie de barcazas amarradas cerca de Muntplein, en el canal de Singel. Allí se pueden encontrar todo tipo de flores, plantas, bulbos y semillas, incluída la de Cannabis. Además, resulta un lugar estupendo para comprar todo tipo de souvenirs, desde imanes y llaveros hasta ramos de tulipanes de madera, y frente al mercado, hay varias tiendas donde degustar y comprar uno de los elementos culinarios más representativos de la cocina holandesa, el queso Gouda.

Más experiencias

Si de experiencias diferentes se trata, merece la pena pasarse por la primera fábrica de Heineken donde, además de realizar una visita interactiva a través de la historia de la cerveza (Heineken Experience), podrás degustarla gratuitamente.
Sin embargo, en lo que a salir de fiesta se refiere, beber cerveza no es lo más económico puesto que la pinta oscila entre los 5 y los 6 euros, a no ser que aproveches alguna “hora feliz” o tengas la suerte de que te inviten a la primera ronda, cosa que puede ocurrir si sales un día entre semana.
La mejor zona de fiesta, sin duda, Rembrandt Plein. A lo largo de la plaza se encuentran infinidad de terrazas y locales donde tomar unas copas en buen ambiente y en las calles cercanas hay multitud de restaurantes, por lo que también resulta un lugar idóneo para el alojamiento.
Por la noche es también el momento de realizar una visita a uno de los barrios más famosos de la ciudad, el barrio rojo, el cual se entremezcla con Chinatown. Se puede caminar por él con total tranquilidad, siempre que no lo hagas tú solo por las pequeñas y oscuras calles laterales, ni a altas horas de la madrugada.
Allí, además de mujeres que se exhiben en los ventanales, se encuentra el coffeeshop más antiguo de Amsterdam, “The Bulldog”, razón por la cual resulta de gran atractivo para los turistas. Junto a todo ello, la comunidad china más grande de Europa dirige los numerosos restaurantes de esta nacionalidad en la zona.