jueves, 2 de diciembre de 2010

Milán, la ciudad donde no todo es moda

Roma, Venecia, Florencia…ciudades italianas que enamoran al turista español. Sin embargo, hay otro lugar, situado al norte de la ‘bota’, que también encandila a quien lo visita: Milán.

La plaza del Duomo, corazón y emblema de Milán

Milán, capital de la región de Lombardía, y segunda ciudad más grande de Italia, no es solo la cuna de la moda. Es una ciudad única, donde la cultura impregna todos y cada uno de los rincones y por la que pasear se convierte en un placer debido a sus extensas zonas peatonales.
Centro neurálgico de obligada visita para los amantes de la ópera, Milán posee un atractivo turístico único al que se unen la amabilidad y calidez de sus habitantes y sus costumbres. No debemos olvidar tampoco su cercanía, pues en apenas dos horas en avión desde Madrid podemos llegar allí. Opciones para ello no nos faltan, pues las compañías lowcost como Ryanair, y también EasyJet, ofrecen vuelos realmente económicos, sobre todo si los compramos con antelación, aunque haya que tener cuidado con la letra pequeña.
Si visitamos Milán es obligado contemplar desde todas las esquinas la plaza del Duomo y su catedral, que recibe de la primera el mismo nombre. Su estilo gótico y su tamaño (157 metros de largo y 45 metros en su parte más alta) la convierten en una de las más espectaculares construcciones no solo de Italia sino de Europa. El visitante, además, tiene la opción de contemplar unas maravillosas vistas de la ciudad desde lo alto del ‘templo’, eso sí, previo pago.
Sin salir de la grandiosa plaza podemos ver también la Galería Vittorio Emanuele, que destaca por su gran cúpula central y su techo, hecho a base de cristal y hierro. Pasear por el interior de la misma y posteriormente salir a la calle por la puerta que da a la plaza del Duomo es una sensación única y a la vez impactante. Por el interior de la galería, que tiene forma de cruz y, por lo tanto, cuatro entradas o salidas, podemos ir de compras por las lujosas tiendas de Armani o Prada y comer mientras vemos pasar a los viandantes y oímos tocar al pianista que se pone en el centro de la misma, aunque para ello hay que tener la cartera repleta de billetes, cosa complicada en los tiempos que corren. Por eso, conformarnos con pasear por dentro de esta majestuosa construcción o contemplar las librerías de su interior ya es todo una suerte.
Atravesando la galería, al otro lado de la Plaza del Duomo, nos encontramos con el imponente Teatro alla Scala, uno de los más famosos del mundo, punto de obligada visita para todos los amantes de la ópera.
En una escapada a Milán no podemos olvidar visitar tampoco el Castello Sforzesco, un castillo del siglo XV construido por la familia Sforza. Tras este se encuentra el pulmón de la ciudad, el Parque Sempione. Lo ideal es pasear por la zona a media tarde y cuando caiga el sol aprovechar para dejarnos caer por uno de los muchos bares que hay por la zona y disfrutar de lo que se llama la hora feliz de los aperitivos. Pagaremos siete euros por una cerveza, un poco caro, pero a cambio podremos cargar las pilas si luego vamos a salir de marcha. Pizza, alitas de pollo, ensalada…todo ‘gratis’. Eso sí, y como ya hemos dicho, pagando un precio algo elevado por la consumición. Nada extraño, pues estamos hablando de una de las ciudades más caras de Europa.
Bien entrada la noche, en cuanto a precios se refiere, la cosa no cambia. No esperemos encontrar copas baratas, pues no bajan de los 8 euros. La mejor zona para salir quizás sea Corso Como. Los locales son variados, aunque siempre con un estilo fashion característico, y bastante caros comparados con nuestro país.
Si después de unos bailes y unos cuantos combinados, o no, queremos alargar la noche y apurar el último segundo de nuestro tiempo en Milán podemos optar por ir a Alcatraz (Via Valtellina, 25), una discoteca en la que es probable que nos encontremos a algunos españoles de turismo, como nosotros, o estudiantes de Erasmus.
Al día siguiente si todavía nos quedan fuerzas nada mejor que unas compras por Via Montenapoleone, la principal calle comercial de Milán, aunque, como ya hemos dicho, volver con’ regalos’ no es barato . Otra opción un poco más económica, sobre todo para los amantes del arte, es ir a ver la archifamosa pintura ‘La última Cena’ de Leonardo Da Vinci, que ha sido restaurada y se exhibe en el convento dominicano de Santa Maria delle Grazie. El problema es que por lo general hay una lista de espera de dos meses para verla, excepto en días sueltos y horarios poco populares, así que si se quiere contemplar esta obra maestra debemos reservar la visita una vez tengamos el viaje ya comprado y con bastante antelación.

Recomendaciones para ir a Milán:

-Recuerde ir muy abrigado, sobre todo en invierno
-Coja el vuelo con antelación pues se ahorrará un dinero importante. Ryanair es la opción más barata. El aeropuerto en el que nos deja esta compañía (Bergamo) está un poco alejado de la ciudad pero el ahorro merece la pena y además salen autobuses para Milán cada poco tiempo.
-Reserve el hotel cerca del centro, pues no tendrá que coger transporte, y mire las opiniones que dan los usuarios del mismo. Los hoteles en Milán no son como en Madrid. Recomendamos reservar a través de Booking.com
-Prepare la cartera si va de compras. La mejor opción para comer es tomar una pizza o pasta (generalmente y, lógicamente, rica y no muy cara) o aprovechar la hora feliz de los aperitivos a media tarde. Evite tomar cafés, sobre todo en el centro de Milán, ya que son caros.

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